Tips Selección de Peluca
Las personas que tienen que utilizar determinadas drogas o tratamientos fuertes como la quimioterapia, en general, pierden casi todo el cabello en un lapso de dos a tres meses. Aún no existe ningún fármaco que ayude a contrarrestar el efecto sobre el cabello de drogas tan potentes en nuestro organismo. La realidad es que en situaciones tan complejas como una enfermedad que pone en peligro nuestra vida, el cabello pasa a un segundo plano. Sin embargo, en cuanto el paciente comienza a recuperarse, entre sus primeras preocupaciones están los efectos colaterales de dichas drogas: la pérdida del cabello.
En estos casos, no existe otra alternativa que una peluca temporal, hasta que el cabello retome su ciclo normal de crecimiento y tenga el largo suficiente como para que el paciente se sienta cómodo.
Si nuestra idea es utilizarla por tres meses, podemos considerar una peluca clásica que no necesariamente sea invisible. Si por el contrario, pensamos usarla por mayor lapso de tiempo, resulta imperativo adquirir dos pelucas (para alternarlas) de alta calidad y si es posible, con malla invisible.
Las mallas de estas prótesis están hechas con un material sintético semi-transparente, que se hace invisible al contacto con el cuero cabelludo.
De hecho, cubren la línea frontal y las entradas de tal forma que se ven naturales. Eso es justamente lo que las distingue de las antiguas pelucas: nos permiten lucir nuestro cabello desde todo ángulo y mostrando sin miedo la parte frontal. Si está bien colocada, no se perciben uniones entre la peluca y el cuero cabelludo.
Resulta muy difícil detectar algo “fuera de lo normal” en estas pelucas.
Son pelucas “todo terreno”, que pueden utilizarse sin miedos en la playa, piscinas, e incluso practicando deportes extremos.
El detalle más importante para sentirse segura es la forma de colocarla.
El mantenimiento puede hacerse en casa, en un centro especial o en peluquerías donde conozcan de pelucas.
Las pelucas se clasifican en varias categorías:
Según el área que cubren, pueden ser totales, medias y postizos.
En función de su confección pueden ser a máquina o a mano. Las primeras se suelen colocar de forma más rápida, son más baratas y por lo general hay mayor disponibilidad.
Pueden ser sintéticas o cabello natural o de pelo real. Lógicamente, estas últimas son las más naturales, y a diferencia del sintético, hay que peinarlas cada vez que se lavan. Las pelucas sintéticas pueden ser de monofilamentos, que dan un aspecto más real, o clásicas, cuyo precio es más asequible. En el caso de las pelucas sintéticas, hay que seguir una serie de pautas para la mejor conservación y cuidado de la peluca.
Determinar la talla
Para medir, pasar una cinta desde la frente por encima de las cejas y siguiendo la línea del cabello. El 90% de las mujeres tienen una talla media, con lo cual la mayoría de las pelucas se confeccionan en esa talla.
Elegir el estilo
Se puede escoger el estilo que habitualmente lleva la persona, o cambiar y apostar por algo nuevo y diferente.
A este nivel no es necesario elegir colores, sino centrarse en los peinados: cortos o largos, media melena, con o sin flequillo, peluca lisa larga y con poco volumen, con acabado natural, con o sin raya marcada, etc.
Seleccionar el color
El color también es determinante. Se puede elegir un color natural, similar al propio, u optar por otro que combine con nuestro tono de piel.
El mundo de la estética ha avanzado mucho en la elaboración de pelucas y apenas hay forma de que distingamos entre una persona que lleva peluca y otra que no.